Psicología Transpersonal

Una indagación sobre la naturaleza esencial del ser

Todo punto de vista depende de ciertos supuestos referentes a la naturaleza de la realidad. Si se reconoce así, los supuestos funcionan como hipótesis; si se olvida, funcionan como creencias. Los conjuntos de hipótesis forman los modelos o teorías y los conjuntos de teorías constituyen los paradigmas. Reconocer la dimensión paradigmática de la psicología implica partir de comprender que toda teoría científica está basada en una particular filosofía de la ciencia (epistemología) y en una concepción de la realidad (ontología) (Burrel y Morgan, 1985).

Además de los múltiples y diversos contextos a lo largo de la historia de la humanidad, cada psicología nace como una necesidad imperante de abarcar una mirada especifica sobre nuestra condición humana, que depende también de gran medida como una respuesta a las indagaciones de sus antecesores. Por ejemplo, el modelo conductista surge, además de diversas circunstancias, como respuesta al énfasis previo en procesos ocultos y denominaciones sutiles que no eran observables ni medibles.  Del mismo modo, el énfasis humanista en la autodeterminación del individuo es una reacción al determinismo inconsciente del psicoanálisis y al determinismo ambiental de la psicología conductista.

Del mismo modo que la ciencia en general se define a sí misma como una actividad permanentemente mejorable, es de esperar que la psicología como proyecto científico nos permita avanzar hacia comprensiones cada vez más confiables y amplias del enigma que representa nuestra condición humana.

Dicho esto, es momento de comenzar a hablar de la Psicología Transpersonal. Así como antes de la revolución copernicana la idea de que el sol se movía alrededor de la tierra no se cuestionaba sino que se consideraba más como un hecho que una teoría o interpretación, hemos olvidado que el paradigma con el que concebimos nuestra realidad actual, posee la misma sustancia y esta expuesta a ser cuestionada.

Frances Vaugahan, menciona que la psicología transpersonal de la misma forma, representa un cambio de paradigma en la psicología occidental, cambio resultante, en parte del contacto con creencias transculturales referentes a la naturaleza de la consciencia y de la realidad. Nombrada hace unas décadas atrás como la cuarta fuerza de la psicología,  la psicología transpersonal posee una realidad antigua que el día de hoy actualiza una interrogante milenaria: la interrogación sobre el SER.

Las transformaciones sociales y de valores ocasionadas por distintos movimientos a lo largo de la esfera global producto de las situaciones bélicas, la invasión y genocidio  ejercido por China al Tíbet ocasionando que los maestros espirituales el principal producto interno bruto producido por la cultura del techo del mundo quedarán en el exilio llevando su influencia y enseñanza a diversas puntos de occidente, las repercusiones que estaban generando las investigaciones en la nueva física en el campo de la consciencia, la inconformidad por una sociedad de consumo en ascenso y un ímpetu colectivo de diferenciación e individuación que caracterizaba el proceso cultural que se desenvolvió en la década de los años 60, marco un hito que coadyuvo a que en 1967, un pequeño grupo de trabajo en el que estaban incluidos Abraham Maslow, Anthony Sutich, Stanislav Grof, James Fadiman, Miles Vich y Sonya Margulies se reunió en California, con el objetivo de crear una nueva psicología que hiciera honor a todo el espectro de la experiencia humana, incluidos los diversos estados poco comunes de consciencia. Durante estas discusiones, Maslow y Sutich aceptaron la sugerencia de Grof y llamaron a esta nueva disciplina “psicología transpersonal”. Este término reemplazó a su nombre original “transhumanista”, o “llegando más allá de lo humanístico”. Poco después, formaron la Asociación de Psicología Tranpersonal (Association of Transpersonal Psychology, A.T.P.) y crearon la Revista de Psicología Transpersonal (the Journal of Transpersonal Psychology).

Tratando de dar en este breve escrito que pretende dar una mirada breve al amplio espectro que compone el fenómeno de la psicología Transpersonal, utilizaré la definición que  la asociación americana de psicología transpersonal presento sobre la así denominada cuarta fuerza, inspirados en las filosofías y doctrinas contemplativas y espirituales que erigieron a aquellos que fueron desertores y transgredieron los paradigmas y costumbres de su época, aquellos que siguen y seguirán siendo en cualquier época, por siempre vigentes :

“La psicología transpersonal es aquella que se ocupa de estudiar empírica y científicamente y de promover de manera responsable lo se ha venido llamando la vida espiritual, las necesidades innatas de trascendencia y los valores últimos de la raza humana. Promueve, así mismo, la conciencia unitiva las experiencias cumbres, la comprensión, el éxtasis la experiencia mística la actuación del si, el conocimiento cósmico, la sinergia individual y de la humanidad entera, la meditación, los fenómenos trascendentes y el humorismo cósmico.”

La Psicología Transpersonal es, ante todo, una psicología de la evolución interior del ser humano, una terapia del espíritu. Lo transpersonal es el resultado del diálogo entre conocimientos aparentemente disímbolos que busca establecer una relación orgánica entre el ser y el saber. Es una propuesta en la que lo conocido y el que conoce se ven involucrados en una dialéctica hermenéutica para la obtención de una visión oblicua, transversal e integradora. Obedece a la necesidad de modelos educativos y psicológicos que cubran los huecos de los métodos tradicionales que obedecen más a las demandas de un sistema social, político, materialista y reduccionista que a las necesidades humanas de desarrollo y crecimiento integral de los individuos.