Nuestra tarea como meditadores

Tú, como todo el mundo, tendrás problemas con la meditación. Hay problemas de todo tipo y tamaño, pero lo único seguro es que tendrás que enfrentarte a algunos de ellos. Y lo más importante para enfrentarte a los problemas es adoptar la actitud correcta. Las dificultades forman parte integral de la práctica, no tienes que evitarlas, sino que debes aprovecharlas como valiosas oportunidades de aprendizaje.

La razón fundamental por la que estamos atrapados en la vida es porque nos empeñamos de continuo en huir de nuestros problemas y conseguir nuestros deseos. La meditación constituye, en este sentido, una especie de laboratorio en el que podemos examinar ese síndrome y diseñar estrategias para enfrentarnos a él. Los diferentes problemas e inconvenientes que aparecen durante la meditación son grano para el molino, material con el que trabajar. Del mismo modo que no hay placer sin cierto grado de dolor, tampoco hay dolor sin cierto grado de placer. La vida está compuesta de alegrías y miserias; ambas van de la mano, y la meditación no es, en este sentido, ninguna excepción y, llevándola a la práctica, experimentarás buenos y malos momentos, éxtasis y situaciones espantosas.

No te sorprendas, pues, cuando te topes con una experiencia meditativa que se asemeja a una pared de ladrillo. No creas que eso solo te sucede a ti. Todos los meditadores experimentados ha tenido sus propias paredes de ladrillo. Aparecen de vez en cuando, espéralas y abórdalas adecuadamente. La capacidad de enfrentarte a los problemas dependerá de actitud. S aprende a considerar los contratiempos como oportunidades, como ocasiones para el desarrollo de tu práctica, avanzarás. Entonces podrás aplicar al resto de tu vida la capacidad para enfrentarte a los problemas que aparezcan durante la meditación y suavizar así los grandes asuntos que te preocupan. Si tratas, por el contrario, de evitar las cosas desagradables que aparecen durante la meditación, estarás reforzando el hábito que, en tantas ocasiones, ha convertido tu vida en algo insoportable.

Es esencial que aprendas a enfrentarte a los aspectos menos placenteros de la existencia. Nuestra tarea como meditadores es la de aprender a ser pacientes con nosotros mismos y vernos completamente y sin prejuicio, con todas nuestras tristezas y debilidades. Tenemos que aprender a ser amables con nosotros mismos. Considerado a largo plazo, evitar lo desagradable es una cosa muy poco bondadosa que hacemos con nosotros mismos. Paradójicamente, la bondad supone enfrentarte a las cosas desagradables en el mismo momento en que aparecen.

Mark Williams, Danny Penman / Mindfulness